De entre los libros de nuestra vida tendría que estar al menos un volumen de Súper Humor, un formato de coleccionista (aunque en realidad se extendieron y se reinventaron hasta perder la cuenta) donde se concentraba lo mejor de la viñeta cañí. Cada tomo podía ofrecernos historias largas (cerca de 50 páginas), que aparecían entre historietas cortas de entre una y ocho páginas. Leer más