Es raro un año que alguna de las que en su día fueron Spice Girls no se lanze al mercado musical. Generalmente, sobre todo en los últimos años, ese atrevimiento les ha costado bastantes descalabros: desde la ruptura con la firma discográfica hasta el abandono definitivo de su carrera.
Emma Bunton ha sufrido en carnes algún que otro revés. Pero se ve que le ha echado ganas para mantener un mínimo de reconocimiento. Ya sólo le falta pintarse los pechos y actuar con las K-Narias para promocionarse. Antes de rebajarse, ha preferido darse bombo y platillo participando en el Mira quien baila inglés (saldándose con un buen puesto) y grabando un single benéfico para la causa infantil. La conjunción de uno y otro la llevó al número 3 de las listas británicas. Sin embargo, su álbum no ha ido más allá del puesto 62 desde que salió el pasado diciembre. Y es que no se puede pedir más guindas al pastel.
Ese álbum moribundo es Life in Mono (‘Life In Simio‘, como así lo llama algún desalmado), y constituye el tercero de su carrera como solista. Aunque, personalmente, lo considero la versión extendida del segundo. El estilo es idéntico: un repertorio de temas retro que harían las delicias en los guateques de la época y animarían las películas de Gracita Morales como banda sonora. Hay que tenerlos bien puestos para retomar un género que ya ha perdido su momento en la música británica.

De todas formas, no hay que desmerecer este disco. Aunque Life In Mono no llega a la altura de un hit, sí al menos hace pasar un grato agradable. Su sonido transporta a una modernísima casa de los años 60, perdida en cualquier residencial solitario, donde una chacha con delantal inmaculado le ríe las gracias al señorito, quien le toca el culo con travesura. Mientras, en el tocadiscos suenan temas tan horteros como He loves me not o Por favor (“por favor, I need the magic touch of yur amore… bésame before the cha cha tempo steals away“).

Otras canciones de Emma Bunton pueden prescindir de un contexto imaginativo, porque ya tienen gracia de por sí. Es el caso de Take me another town, que habla de que por muchos sitios en los que esté, sólo la persona que quiere la consigue trasladar a muchas ciudades. La cuestión es que sólo para decir eso se pasa todo el rato: “voy a coger mi bici hasta el tren, del tren hasta la guagua, de la guagua hasta la playa y a navegar, y entonces surfeo la orilla, ando al avión y vuelo hacia donde puedo confiar. Entonces es cuando vuelvo a ti”. La cuestión es, ¡qué coñazo de vida lleva la chavala sin necesidad!; enigmático es el tema Something tells me (Something’s going to happen), que desvela que a los géminis les va a pasar algo de noche. Lo que no deja claro es si se van a dar piquitos o, por la picardía, a montarse como perros.

También se dice mucho que Emma se está convirtiendo en reina de los ‘covers’. Al menos, en este disco podemos escuchar una colección nada corta de versiones: Life In Mono del grupo de trip-hop Mono; Perhaps, perhaps, perhaps de Nat King Cole, Doris Day y otra tanta gente que se sube al carro. Geri Halliwell la incluyó como un b-side en uno de sus singles. Pero prefiero la versión de Emma por su forma de decir Perha-psss, que parece que está salivando en mi oreja; el single caritativo del que hablé es Downtown, que no me gusta mucho en cuanto a que no está actualizada y es muy parecida al original de Petula Clark. Hela aquí cantando en directo para el susodicho especial de Children In Need:
Aparte de esto, claro que hay canciones malas. Malísimas. Baby Spice reconoce una verdad en una de sus canciones, So mischievous: “Devil must be playing with my mind“. No hacía falta cantarlo para saber que está trastocada, pues prueba evidente de ello es haber incluido Undressing you, un tema perfecto para irse a dormir sin necesidad de somníferos. No hablemos del tema que abre el disco, All I need to know, una balada con un ritmo que no hay por donde cogerlo. Lo peor de todo es que ésta ha sido elegida para ser el próximo single de Life In Mono, el que cavará su fosa al abismo de la perdición. Abismo que no merece… tanto.