FRIKERÍA NACIONAL: Pilarín de España

Hay cosas de las que una buena navidad no puede prescindir: la Lotería Nacional, los polvorones del Mercadona, la nochebuena con Raphael, la Orquesta Tamarindos en el Castillo de Agüimes para fin de año… Pero nadie tendría el valor de montar un árbol de navidad si antes no ha ido a la cena navideña de la ACA (Artistas Canarios Agrupados). Pilarín de España es una de sus sindicadas, que de cuando en cuando se nos aparecía por las televisiones locales para recordarnos que todos podemos soñar con ser artista de la copla.

En la ACA se reunían estrellas que ofrecían espectáculos llenos de color, fantasía y dátiles con bacon. Por allí desfilaba el ‘allstars’ del frikismo grancanario: el galán Pepe Tacoronte, truhán y señor de la canción narcótica; la siempre glamurosa Lea Zafrani, sueño y destino de toda boa desplumada; el maestro Félix de Granada, habilidoso en mover el peluquín al tiempo del playback… No obstante, entre tanta estrella repelente al Zincation o H&S Anticaspa, reluce la diva de la copla, amada y querida en las liquidaciones de Discos Noda, respetada por aficionados al “escalanifi”, aclamada en los mejores festivales del Barrio La Suerte. Es, por mucho más, Pilarín de España.

La solera y el genio nacieron con esta mujer de cincuenta y largos años (aproximadamente, porque no he hecho la regla de tres y se me olvidó hallar la hipotenusa). Pero, no sé por qué, relegó a un segundo plano lo que hubiese sido una meteórica carrera (de esas que sólo se ven pasar cada dos siglos) como cantante. Pilarín de España debe ser una de esas mujeres de su casa, amante del batín y de Estrella Ballerina, que sacrifica una vida de éxito lírico por ser mujer y madre, que bien está también. Sólo que nunca tuvo esa oportunidad de cantar con Julio Iglesias o Celia Cruz en un concierto homenaje a su figura, que sí otra artista le robó.

Pero hay que mirar el lado positivo de esta artista canaria. De lo contrario, ¿acaso Félix de Granada la invitaría a participar en sus espectáculos del Círculo Mercantil, si ella estuviese dando conciertos en el Madison Square Garden o Royal Albert Hall?, ¿iba ella a ser invitada de lujo en los programas de Pepe Tacoronte, panal de rica caspa regional, en vez de ir a los shows de Oprah o Jay Leno? Además, por lo visto, Pilarín de España regenta un bar cual Pantoja. No sabemos si tendrá “carajacas a lo Pilarín” en la carta. Pero valdría la pena ir para que pueda servirnos toda una excelencia.

Ella, como otros artistas de la ACA, forma parte de la plantilla de cabecera del programa Voces Canarias. En el siguiente vídeo vemos a Pilarín de España en todo su esplendor, ataviada con un nicky de Prada, pantalones satín de Dior y, si atendemos a la coherencia del conjunto, suponemos que calza tacones de Manolo Blahnik (por supuesto, todo cedido por Confecciones Ultra, de Schamann). El escenario, lógicamente, a la altura de las circunstancias: azul, como el mar, azul, sin boberías detrás para no descentrar la atención hacia el verdadero reclamo, ella.

La puesta en escena, sublime: 20 segundos para atusarse el pelo y repantingarse el nicky (a ver si la deja tomar un poco más de aire, porque está embutida). Sobra tiempo para pellizcar el aire y meterse los mocos que se le estaban saliendo de tanta espera. Pero entra la voz y se desborda. No puede ser más expresiva porque la perfección es delito. No digamos ya el momento del grito, para qué quiero yooooo… No hay quien divinice el playback como ella. La guinda es el revuelo de la mano al compás de la última nota. La exquisitez se llama Pilarín de España… ¡y olé!

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