Por exigencias del guión (en el teatro tragicómico que representa la universidad), he trabajado con todos los periódicos de un año entero. Me refiero al extinguido Gaceta de Tenerife, autocatalogado como “Diario católico de información”. Si hablamos además de 1911 como contexto, ya las referencias religiosas no pueden ser más abusivas ni menos carentes de imaginación para inventarse cuentos y dar respuestas a los problemas.
No digamos ya cómo pone de vuelta y media a los progresistas, republicanos y cualquier otra cosa que se acerque a las libertades del siglo XX. Quien tenga la posibilidad de desempolvar las sábanas amarillentas de Gaceta de Tenerife, podrá encontrar perlas como la que he recogido para vuestro regocijo:
Réplica en cartera
Hace algún tiempo leímos la siguiente noticia:
“Un impío tomaba en la mano un vaso de vino y exclamaba ante una multitud de hombres y mujeres: -Si Dios existe, que me quite la vida antes de apurar este vino. ¿Lo veis?… He apurado el vino… no me ha quitado la vida… Luego Dios no existe…
Si yo hubiese estado presente en aquel sitio, le habría replicado del siguiente modo;
-Aquí me tiene usted, señor impío: sin ser yo Dios, también le puedo quitar a usted la vida. Hágame usted ahora el mismo reto que ha hecho a Dios, y por reírme de la necedad y despreciarla como se merece, no le quito a usted la vida. ¿Deducirá usted de aquí que yo no existo?”
Lógica elemental de portada, señores.
Jo-jo-jo.